El IGP es una disciplina deportiva de gran complejidad. No en vano, tanto en su origen como en la actualidad, las pruebas de este reglamento han sido la base para seleccionar a los perros con las mejores aptitudes físicas y mentales para tareas policiales, ejércitos, grupos de rescate, unidades de detección de drogas, etc.
El IGP se compone de 3 partes muy distintas: una prueba de obediencia, otra de seguimiento del rastro de una persona mediante el olfato y una última de protección.
En esta charla con Jon Arraibi en el programa de radio Café con Patas (Onda Vasca), Marcos explica su relación con este apasionante deporte y, como experimentado especialista en comportamiento canino, nos habla sobre los beneficios que aportan las modalidades deportivas a la vida de los perros con los que compartimos nuestra vida.
El pasado 17 de marzo, Marcos González y su perra, Bomba del Tiempo de Fontemordant, se proclamaron campeones de la Copa de España de FCI / IGP por segunda vez. Esta disciplina deportiva, es una de las más completas en el ámbito del entrenamiento canino, ya que abarca pruebas de obediencia, seguimiento de rastros y protección.
A lo largo de este verano de 2024 Marcos, junto al resto del equipo español, está preparándose para competir en el próximo campeonato mundial. “Tengo un equipo increíble y una perra que es una pasada, no solo como perra de deporte, sino como compañera“, nos ha comentado Marcos durante la entrevista.
El IGP tiene una extensa historia como herramienta de selección de perros de trabajo, permitiendo evaluar sus actitudes naturales a través de disciplinas diversas. Marcos, con una larga trayectoria en adiestramiento profesional, señala que, además de la labor de selección, esta disciplina se ha convertido en una oportunidad para fortalecer la relación entre el perro y su dueño. “Al final, el IGP, como otros tantos deportes, es una especie de laboratorio donde podemos llevar al máximo”, ha explicado.
Además de su faceta competitiva, Marcos ha destacado los beneficios que los deportes caninos aportan a la convivencia diaria. Practicar cualquier tipo de actividad deportiva con el perro no solo mejora su bienestar físico, sino que también fortalece el vínculo entre el animal y su guía. “Compartir momentos con tus compañeros de vida, que son tus perros, te une mucho más”, ha afirmado.
La práctica del IGP exige un alto nivel de compenetración con el perro, lo que lleva la relación a otra dimensión. Aunque reconoce que puede hay otros deportes igualmente exigentes, Marcos destaca la gran variedad de actividades caninas disponibles y su accesibilidad. “Desde las asociaciones caninas se está fomentando la accesibilidad de todo tipo de perros y guías a este tipo de deportes”, ha remarcado.
Un aspecto que suele generar malentendidos entre un público no especializado es la parte de protección del IGP. En este aspecto, Marcos ha asegurado que “es un prejuicio pensar que todos los perros que practican deportes de protección son agresivos. De hecho, la mayoría son muy estables y sociables”, dice.
La estabilidad y el temple de Bomba, una pastor belga malinois, son prueba de ello. Marcos describe cómo, a pesar de su energía y habilidades deportivas, Bomba es tranquila y equilibrada en su vida cotidiana. “Es una perra muy estable, muy enérgica, pero en el día a día es una maravilla. He viajado por toda Europa con ella y siempre ha demostrado una gran estabilidad”.
Finalmente, Marcos ha subrayado la importancia de disfrutar de las actividades compartidas con los perros, tanto en el ámbito competitivo como en el cotidiano. “El principal objetivo es disfrutar tanto el perro como tú. En el momento en que dejas de disfrutar, ya poco sentido tiene practicar deporte“, ha concluido.